Resumen
El paladio fue descubierto en 1803 por William Hyde Wollaston, quien lo aisló a partir de un mineral de platino bruto procedente de Sudamérica y le dio el nombre de paladio en honor del asteroide Palas, que había sido descubierto en las mismas fechas.[1] Wollaston no le asignó ningún símbolo químico.
Todos los contenidos de la edición electrónica se distribuyen bajo una licencia de uso y distribución “Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional”.